sábado, 11 de julio de 2020


Sábado 11 de julio de 2020

Sábado de la 14ª semana de Tiempo Ordinario
Años pares


PRIMERA LECTURA
Yo, hombre de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos
Lectura del libro de Isaías 6, 1-8
El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.
Y vi serafines en pie junto a él, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se cernían.
Y se gritaban uno a otro, diciendo:
—«¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!».
Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije:
—«¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos».
Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
—«Mira: esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».
Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
—«¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?».
Contesté:
—«Aquí estoy, mándame».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5 (R.: 1a)
R. El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R. 
Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R.

Aleluya 1P 4, 14
Si os ultrajan por el nombre de Cristo,
dichosos vosotros,
porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.

EVANGELIO
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo
 Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 24-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
—«Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo».
Palabra del Señor.



REFLEXIÓN:

Escuchamos hoy varios dichos de Jesús, pero entre ellos hay una expresión que repite varias veces: no tener miedo, por lo cual no debemos escandalizarnos ni detenernos a causa de ello, sino ser capaces de ser valientes, aún con las persecuciones, para anunciar el Evangelio. Nunca dudemos de anunciar a Jesús. Un feliz sábado en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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