domingo, 5 de julio de 2020


Lunes 06 de julio de 2020


Lunes de la 14ª semana de Tiempo Ordinario
Años pares


PRIMERA LECTURA
Me casaré contigo en matrimonio perpetuo
Lectura de la profecía de Oseas 2, 16. 17b-18. 21-22
Así dice el Señor:
«Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto,
le hablaré al corazón.
Y me responderá allí
como en los días de su juventud,
como el día en que la saqué de Egipto.
Aquel día —oráculo del Señor—,
me llamará Esposo mío,
no me llamará Ídolo mío.
Me casaré contigo en matrimonio perpetuo,
me casaré contigo en derecho y justicia,
en misericordia y compasión,
me casaré contigo en fidelidad,
y te penetrarás del Señor».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 8a)
R. El Señor es clemente y misericordioso.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.
Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias. R.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Aleluya Cf. 2Tm 1, 10
Nuestro Señor Jesucristo destruyó la muerte
y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.

EVANGELIO
Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá
 Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo:
—«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá».
Jesús lo siguió con sus discípulos.
Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo:
—«¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
—«¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:

Hoy encontramos dos milagros, el primero de sanación y el segundo de resurrección, los dos se dan por la fe: el primero, el de una mujer que sufría flujos de sangre, que pensaba que con solo tocarle el borde del manto sanaría; el segundo, el de la fe de un padre que al tener su hija muerta le pidió a Jesús que le impusiera las manos para que volviera a vivir. La fe es capaz de mover montañas, la fe es capaz de mover al mismo Dios para que actúe a favor de nosotros. ¿Cuánta fe tenemos para que suceda lo que le pedimos a Dios? Un feliz lunes en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏

No hay comentarios:

Publicar un comentario