viernes, 31 de julio de 2020

Lecturas de la misa del 1 de agosto de 2020 y reflexión del Evangelio




Sábado 01 de agosto de 2020

Sábado de la 17ª semana de Tiempo Ordinario

Años pares


 

PRIMERA LECTURA

Ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar estas palabras

Lectura del libro de Jeremías 26, 11-16. 24

En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al pueblo:

—«Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis oído con vuestros oídos».

Jeremías respondió a los príncipes y al pueblo:

—«El Señor me envió a profetizar contra este templo y esta ciudad las palabras que habéis oído.

Pero, ahora, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, escuchad la voz del Señor, vuestro Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que pronunció contra vosotros.

Yo, por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que mejor os parezca.

Pero, sabedlo bien: si vosotros me matáis, echáis sangre inocente sobre vosotros, sobre esta ciudad y sus habitantes. Porque ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar a vuestros oídos estas palabras».

Los príncipes del pueblo dijeron a los sacerdotes y profetas:

—«Este hombre no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios».

Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías, para que no lo entregaran al pueblo para matarlo.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 68, 15-16. 30-31. 33-34 (R.: cf. 14)

R. Escúchame, Señor, el día de tu favor.

Arráncame del cieno, que no me hunda;
líbrame de los que me aborrecen,
y de las aguas sin fondo.
Que no me arrastre la corriente,
que no me trague el torbellino,
que no se cierre la poza sobre mí. R.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.

 

Aleluya Mt 5, 10

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.


EVANGELIO

Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 14, 1-12

En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes:

—«Ése es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los poderes actúan en él».

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera.

Ella, instigada por su madre, le dijo:

—«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista».

El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.

Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

Palabra del Señor.


 

REFLEXIÓN:

Cuántas veces podemos convertirnos en un Herodes, nos gusta escuchar con agrado las cosas de Dios, las homilías, un retiro, unas canciones, pero llegar a obedecerle se complica la situación, nuestro corazón está dividido, seguirlo a Él o seguir nuestros deseos, pasiones, pecados, es como en la parábola del sembrador, la semilla que ha caído en los abrojos que termina siendo ahogada, la ahogan nuestras pasiones y no escuchamos en verdad a Dios, y podemos al igual que Herodes, aniquilar todo aquello que viene de Él. Pidámosle al señor que nos ayude sólo escucharlo a Él y no nuestras pasiones. Un feliz sábado en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.


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Lecturas de la misa del 31 de julio de 2020 y pequeña reflexión del Evangelio




Viernes 31 de julio de 2020

Viernes de la 17ª semana de Tiempo Ordinario

Años pares


 

PRIMERA LECTURA

El pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor

Lectura del libro de Jeremías 26, 1-9

Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra del Señor a Jeremías:

—«Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola.

A ver si escuchan y se convierte cada cual de su mala conducta, y me arrepiento del mal que medito hacerles a causa de sus malas acciones. Les dirás: "Así dice el Señor: Si no me obedecéis, cumpliendo la ley que os di en vuestra presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os enviaba sin cesar (y vosotros no escuchabais), entonces trataré a este templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos los pueblos de la tierra"».

Los profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras, en el templo del Señor.

Y, cuando terminó Jeremías de decir cuanto el Señor le había mandado decir al pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los profetas y el pueblo, diciendo:

—«Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor que este templo será como el de Silo, y esta ciudad quedará en ruinas, deshabitada?».

Y el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 68, 5. 8-10. 14 (R.: 14c)

R. Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Más que los pelos de mi cabeza
son los que me odian sin razón;
más duros que mis huesos,
los que me atacan injustamente.
¿Es que voy a devolver
lo que no he robado? R.

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.

Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R.

 

Aleluya 1P 1, 25

La palabra del Señor permanece para siempre;
y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos.

 

EVANGELIO

¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 54-58

En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada:

—«¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».

Y aquello les resultaba escandaloso.

Jesús les dijo:

—«Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».

Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.

Palabra del Señor.

 


 

REFLEXIÓN:

A veces podemos caer en los juicios a los demás, al igual que cayeron los judíos con Jesús. Nos acostumbramos a ver las personas, incluso sus limitaciones y creemos que no podrán salir de allí, con Jesús se admiraron, pero después se escandalizaron, como cuando no podemos creer que alguien que conocemos comienza a predicar el Evangelio; así como esos judíos les faltaba fe, también muchas veces a nosotros nos hace falta, creamos en Jesús, pidámosle que nos aumente la fe, para que Él pueda actuar en nosotros y nosotros lo veamos con ojos de fe. Un feliz viernes en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.


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miércoles, 29 de julio de 2020


Jueves 30 de julio de 2020


Jueves de la 17ª semana de Tiempo Ordinario
Años pares


PRIMERA LECTURA
Como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano
Lectura del libro de Jeremías 18, 1-6
Palabra del Señor que recibió Jeremías:
—«Levántate y baja al taller del alfarero, y allí te comunicaré mi palabra».
Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija, según le parecía al alfarero.
Entonces me vino la palabra del Señor:
—«¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de Israel, como este alfarero? —oráculo del Señor—.
Mirad: como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 145, 1b-2. 3-4. 5-6 (R.: 5a)
R. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.
O bien:
R. Aleluya.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista. R.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes. R.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R.

Aleluya Cf. Hch 16, 14b
Ábrenos el corazón, Señor,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo.

EVANGELIO
Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran
 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 47-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Entendéis bien todo esto?».
Ellos le contestaron:
—«Sí».
Él les dijo:
—«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo».
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Palabra del Señor.



REFLEXIÓN:

Hemos llegado al final de este tercer discurso sobre las parábolas, y finaliza con una pregunta de Jesús ¿Han entendido todo esto? y puede ser fácil o difícil responder de acuerdo con la capacidad de entendimiento y escucha de cada uno de nosotros, de saber escoger lo bueno y lo malo, de buscar la santidad, nuestra salvación. Un feliz jueves en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero

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lunes, 27 de julio de 2020


Martes 28 de julio de 2020

Martes de la 17ª semana de Tiempo Ordinario
Años pares


PRIMERA LECTURA
Recuerda, Señor, y no rompas tu alianza con nosotros
Lectura del libro de Jeremías 14, 17-22
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿Tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
¿Existe entre los ídolos de los gentiles
quien dé la lluvia?
¿Soltarán los cielos aguas torrenciales?
¿No eres, Señor, Dios nuestro, nuestra esperanza,
porque tú lo hiciste todo?
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 78, 8. 9. 11 y 13 (R.: 9bc)
R. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R.
Socórrenos, Dios, salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte.
Mientras, nosotros, pueblo tuyo,
ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
contaremos tus alabanzas
de generación en generación. R.

Aleluya
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre.

EVANGELIO
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo
 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 36-43
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
—«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo».
Él les contestó:
—«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».
Palabra del Señor.



REFLEXIÓN:

Este pasaje nos presenta la explicación de la parábola del trigo y la cizaña, Dios que todo lo hace bien, siembra en el corazón del hombre el bien, pero el maligno desea depositar el mal, pero Dios en su infinita misericordia quiere ese mal pueda desaparecer de nuestras vidas, de nuestros corazones, Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. La paciencia de Dios es grande, Jesús comía y andaba con los pecadores, queriendo su conversión. Dejemos que Él nos convierta y arranque de nosotros la maldad y el pecado. Un feliz martes en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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sábado, 25 de julio de 2020


Domingo 26 de julio de 2020

Domingo de la 17ª semana de Tiempo Ordinario
Ciclo A


PRIMERA LECTURA
Pediste discernimiento
Lectura del primer libro de los Reyes 3, 5. 7-12
En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:
—«Pídeme lo que quieras».
Respondió Salomón:
—«Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?».
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo:
—«Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130 (R.: 97a)
R. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Mi porción es el Señor;
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.
Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad. R.
Yo amo tus mandatos
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos
y detesto el camino de la mentira. R.
Tus preceptos son admirables,
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R.

SEGUNDA LECTURA
Nos predestinó a ser imagen de su Hijo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 28-30
Hermanos:
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Mt 11, 25
Bendito seas, Padre, Señor de cielo y
tierra, porque has revelado los secretos del reino
a la gente sencilla.


EVANGELIO
Vende todo lo que tiene y compra el campo
 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 44-52
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Entendéis bien todo esto?».
Ellos le contestaron:
—«Sí».
Él les dijo:
—«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo».
Palabra del Señor.

O bien más breve:

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
Palabra del Señor.



REFLEXIÓN:

Seguimos en este capitulo 13 del Evangelio de San Mateo en el tercer discurso, el cual es el discurso de las parábolas. Recordemos que ya escuchamos la Parábola del Sembrador, de la Cizaña y el Trigo, y ahora nos encontramos con una serie de parábolas las cuales quieren responder sobre el Reino delos Cielos y para entenderla hace una serie de comparaciones, diciendo a qué se parece, acá lo importante es darnos cuenta que debemos poner de nuestra cuenta para acceder a ese Reino, ser capaces de venderlo todo, de dejarlo todo para conseguir ese Reino. ¿Qué serías capaz de vender para tener ese Reino? Un feliz domingo en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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miércoles, 22 de julio de 2020




Jueves 23 de julio de 2020

Jueves de la 16ª semana de Tiempo Ordinario
Años pares


PRIMERA LECTURA
Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron aljibes agrietados
Lectura del libro de Jeremías 2, 1-3. 7-8. 12-13
Recibí esta palabra del Señor:
«Ve y grita a los oídos de Jerusalén: "Así dice el Señor:
Recuerdo tu cariño de joven,
tu amor de novia,
cuando me seguías por el desierto,
por tierra yerma.
Israel era sagrada para el Señor,
primicia de su cosecha:
quien se atrevía a comer de ella lo pagaba,
la desgracia caía sobre él
—oráculo del Señor—.
Yo os conduje a un país de huertos,
para que comieseis sus buenos frutos;
pero entrasteis y profanasteis mi tierra,
hicisteis abominable mi heredad.
Los sacerdotes no preguntaban: '¿Dónde está el Señor?',
los doctores de la ley no me reconocían,
los pastores se rebelaron contra mí,
los profetas profetizaban por Baal,
siguiendo dioses que de nada sirven.
Espantaos, cielos, de ello,
horrorizaos y pasmaos
—oráculo del Señor—.
Porque dos maldades ha cometido mi pueblo:
Me abandonaron a mí, fuente de agua viva,
y cavaron aljibes, aljibes agrietados,
que no retienen el agua"».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 35, 6-7ab. 8-9. 10-11 (R.: 10a)
R. En ti, Señor, está la fuente viva.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso. R.
¡Qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias. R.
Porque en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón. R.

Aleluya Cf. Mt 11, 25
Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

EVANGELIO
A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no
 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:
—«¿Por qué les hablas en parábolas?».
Él les contestó:
—«A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
“Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure.”
¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».
Palabra del Señor.



REFLEXIÓN:

Los discípulos le preguntan a Jesús, el porqué les habla a la gente en parábolas, la respuesta de Jesús puede sonar desconcertante, ya que Él vino a este mundo para salvarnos a todos, pero la situación radica en que la salvación también depende de cada uno de nosotros, de saber escuchar la Palabra de Dios, de comprenderla, de escudriñarla, de entenderla desde el corazón, y además podemos ser bienaventurados porque muchos que desearon escuchar las Palabras de Jesús y de verlo, nosotros si podemos escucharlo a Él y de verlo en la eucaristía y en el otro. Un feliz jueves en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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Miércoles 22 de julio de 2020


Santa María Magdalena
Fiesta


PRIMERA LECTURA
Encontré al amor de mi alma
Lectura del libro del Cantar de los cantares 3, 1-4a
Así dice la esposa:
«En mi cama, por la noche,
buscaba al amor de mi alma:
lo busqué y no lo encontré.
Me levanté y recorrí la ciudad
por las calles y las plazas,
buscando al amor de mi alma;
lo busqué y no lo encontré.
Me han encontrado los guardias
que rondan por la ciudad:
-"¿Visteis al amor de mi alma?".
Pero, apenas los pasé,
encontré al amor de mi alma».

Palabra de Dios.

O bien:

Ahora ya no juzgamos a Cristo según la carne
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 14-17
Hermanos:
Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
Por tanto, no valoramos a nadie según la carne.
Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no.
El que es de Cristo es una criatura nueva.
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)
R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.
Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus, alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R.

Aleluya
«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?».
«A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja».

EVANGELIO
Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Cruz Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1. 11-18
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
—«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
—«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
—«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
—«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
—«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
—«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
—«Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro"».
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
—«He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor.



REFLEXIÓN:

Hoy celebramos la Fiesta de Santa María Magdalena, testigo excepcional de la Resurrección de Jesús, ella a diferencia de los apóstoles, no escapo por miedo, se mantuvo junto a María en la Cruz, y quiso buscar a Jesús, su cuerpo muerto, con amor entusiasta y lo encontró resucitado, ella comprendió su Palabra, descubrió el verdadero amor que procede de Dios, y es ese amor que buscó y encontró, convirtiéndose en la apóstol de los apóstoles, anunciándoles a ellos sobre la Resurrección de Jesús, ya que ella lo había visto. Al igual que María Magdalena, dejémonos amar por Él, descubramos y conozcamos ese amor, busquémoslo siempre y démoslo a conocer a los demás. Un feliz miércoles en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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lunes, 20 de julio de 2020


Martes 21 de julio de 2020

Martes de la 16ª semana de Tiempo Ordinario
Años pares


PRIMERA LECTURA
Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos
Lectura de la profecía de Miqueas 7, 14-15. 18-20
Señor, pastorea a tu pueblo con el cayado,
a las ovejas de tu heredad,
a las que habitan apartadas en la maleza,
en medio del Carmelo.
Pastarán en Basán y Galaad,
como en tiempos antiguos;
como cuando saliste de Egipto
y te mostraba mis prodigios.
¿Qué Dios como tú, que perdonas el pecado
y absuelves la culpa al resto de tu heredad?
No mantendrá por siempre la ira,
pues se complace en la misericordia.
Volverá a compadecerse
y extinguirá nuestras culpas,
arrojará a lo hondo del mar
todos nuestros delitos.
Serás fiel a Jacob, piadoso con Abrahán,
como juraste a nuestros padres en tiempos remotos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 84, 2-4. 5-6. 7-8 (R.: 8a)
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira. R.
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad? R.
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. R.

Aleluya Jn 14, 23
El que me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

EVANGELIO
Señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos»
 Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó:
—«Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».
Pero él contestó al que le avisaba:
—«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?».
Y, señalando con la mano a los discípulos dijo:
—«Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre».
Palabra del Señor.



REFLEXIÓN:

Cumplir la voluntad del Padre, nos hace ser familia de Jesús, nos hace ser sus hermanos y madre, nos queda una pregunta, ¿Si cumplimos la voluntad de Dios, o sólo queremos que se haga nuestra voluntad? Si queremos la salvación, si queremos ser parte de la familia de Jesús, debemos cumplir la voluntad del Padre. Un feliz martes en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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