miércoles, 23 de septiembre de 2020

Lecturas misa del 24 de septiembre de 2020 y pequeña reflexión del Evangelio


Jueves 24 de septiembre de 2020

Jueves de la 25ª semana de Tiempo Ordinario

Años pares


 

PRIMERA LECTURA

Nada hay nuevo bajo el sol

Lectura del libro del libro de Qohélet 1, 2-11

¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet;
vanidad de vanidades, todo es vanidad!

¿Qué saca el hombre de todas las fatigas
que lo fatigan bajo el sol?

Una generación se va,
otra generación viene,
mientras la tierra siempre está quieta.

Sale el sol, se pone el sol,
jadea por llegar a su puesto
y de allí vuelve a salir.

Camina al sur, gira al norte,
gira y gira y camina el viento.

Todos los ríos caminan al mar,
y el mar no se llena;

llegados al sitio a donde caminan,
desde allí vuelven a caminar.

Todas las cosas cansan
y nadie es capaz de explicarlas.

No se sacian los ojos de ver
ni se hartan los oídos de oír.

Lo que pasó, eso pasará;
lo que sucedió, eso sucederá:
nada hay nuevo bajo el sol.

Si de algo se dice: «Mira, esto es nuevo»,
ya sucedió en otros tiempos
mucho antes de nosotros.

Nadie se acuerda de los antiguos
y lo mismo pasará con los que vengan:
no se acordarán de ellos sus sucesores.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R.: 1)

R. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

 

Aleluya Jn 14, 6

Yo soy el camino, y la verdad, y al vida
—dice el Señor—;
nadie va al Padre, sino por mí.

EVANGELIO

A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

—«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de ver a Jesús.

Palabra del Señor.

 


 

REFLEXIÓN:

La pregunta que hace Herodes de saber quién es ese del que oye semejantes cosas y al cual desea ver, también debería ser nuestra, deberíamos querer buscar a Jesús, tener un encuentro con Él, ya que escuchamos tantas cosas sobre Él que deberíamos conocerlo y aprender de Él, que no sea por curiosidad querer encontrarnos con Él, sino por querer convertirnos. Un feliz jueves en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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