sábado, 7 de noviembre de 2020

Lecturas de la misa del 8 de noviembre de 2020 y pequeña reflexión del Evangelio


Domingo 08 de noviembre de 2020

Domingo de la 32ª semana de Tiempo Ordinario

Ciclo A


 

PRIMERA LECTURA

Encuentran la sabiduría los que la buscan

Lectura del libro de la Sabiduría 6, 12-16

La sabiduría es radiante e inmarcesible,
la ven fácilmente los que la aman, 
y la encuentran los que la buscan;
ella misma se da a conocer a los que la desean.

Quien madruga por ella no se cansa:
la encuentra sentada a la puerta.

Meditar en ella es prudencia consumada,
el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones;
ella misma va de un lado a otro
buscando a los que la merecen;
los aborda benigna por los caminos
y les sale al paso en cada pensamiento.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: 2b)

R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agotada, sin agua. R.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo. R.

 

SEGUNDA LECTURA

A los que han muerto, Dios, por medio de Jesús. los llevará con él

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18

Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza.

Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él.

Esto es lo que os decimos como palabra del Señor:

Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos.

Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar.

Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire.

Y así estaremos siempre con el Señor.

Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

Palabra de Dios.

 

Aleluya Mt 24, 42a. 44

Estad en vela y preparados,
porque a la hora que menos pensáis
viene el Hijo del hombre.


EVANGELIO

¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

—«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.

Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó una voz:

"¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!".

Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las sensatas:

"Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas contestaron:

"Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis".

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:

"Señor, señor, ábrenos".

Pero él respondió:

"Os lo aseguro: no os conozco".

Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

Palabra del Señor.

 


  REFLEXIÓN:

Nos quedan tres domingos de este tiempo ordinario y hoy empezamos con el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo el cual nos presenta el último discurso de este Evangelio, el discurso apocalíptico o discurso del fin de los tiempos, un discurso que nos invita a estar preparados, en vela, y hoy nos dice que no debemos ser necios ni arrogantes, a no dejar acabar el aceite de nuestra fe, de nuestro amor, de nuestra misericordia, de nuestro perdón para poder acceder al banquete del Reino de los cielos y no quedarnos afuera por la necedad a seguir en nuestros pecados, odios, orgullos y faltas de misericordia , amor y perdón. Pidámosle al Señor que nos ayude a mantenernos firmes en la fe. Un feliz domingo en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏

No hay comentarios:

Publicar un comentario