viernes, 6 de noviembre de 2020

Lecturas de la misa del 7 de noviembre de 2020 y pequeña reflexión del Evangelio


Sábado 07 de noviembre de 2020

Sábado de la 31ª semana de Tiempo Ordinario

Años pares


 

PRIMERA LECTURA

Todo lo puedo en aquel que me conforta

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 10-19

Hermanos:

Me alegré muchísimo en Cristo de que ahora por fin pudierais expresar el interés que sentís por mí; siempre lo habíais sentido, pero os faltaba la ocasión. Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso; yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación.

Vosotros, los filipenses, sabéis además que, desde que salí de Macedonia y empecé a predicar el Evangelio, ninguna Iglesia, aparte de vosotros, me abrió una cuenta de haber y debe. Ya a Tesalónica, me mandasteis más de una vez un subsidio para aliviar mi necesidad; no es que yo busque regalos, busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta. Éste es mi recibo: por todo y por más todavía. Estoy plenamente pagado al recibir lo que me mandáis con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios.

En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 111, 1-2. 5-6. 8a y 9 (R.: 1a)

R. Dichoso quien teme al Señor.

O bien:

R. Aleluya.

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

Dichoso el que se apiada y presta,
administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo. R.

Su corazón está seguro, sin temor.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.

 

Aleluya 2Co 8, 9

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre,
para enriquecernos con su pobreza.


EVANGELIO

Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 9-15

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:

—«Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.

El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.

Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?

Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».

Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.

Jesús les dijo:

—«Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro.

La arrogancia con los hombres Dios la detesta».

Palabra del Señor.

 


  REFLEXIÓN:

No se puede servir a Dios y al dinero, pero estamos en una época donde predomina la  ambición al dinero, se mata por él, se roba por él, se pervierten los corazones por él, se vende hasta el cuerpo por él o el cuerpo de los otros por él, es ver cómo hay tanta corrupción por tenerlo, ya el Papa Francisco lo había dicho, el diablo entra por el bolsillo, y si se llega amar de esta manera al dinero se dedicará a tenerlo más y más y se olvida uno de Dios. Pidamos al Señor que nos ayude a no amar al dinero más que a Dios. Un feliz sábado en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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