viernes, 30 de diciembre de 2016


31 DE DICIEMBRE DE 2016
OCTAVA DE NAVIDAD

PRIMERA LECTURA

1 Juan 2,18-21:

Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.
            Palabra de Dios.

REFLEXIÓN:
Permanezcamos unidos a la verdad, la verdad que viene de Dios, no permitamos que lleguemos a creerle a la mentira, la cual quiere apartarnos de la verdad, nos quiere apartarnos de la Iglesia. P. William Cano Quintero.

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SALMO RESPONSORIAL

Salmo 96 (95), 1-2. 11-12. 13-14:

R/. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria. R/.

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campo y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R/.

Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra: r
egirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.

REFLEXIÓN:
El salmista nos invita a cantar, a bendecirle al Señor, a alegrarnos con la naturaleza por nuestro Dios que nos cuida y protege. P. William Cano Quintero.

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EVANGELIO

Juan 1,1-18:

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."" Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
          Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
En este último día del año, la liturgia nos invita a reflexionar el prólogo del Evangelio de San Juan, prólogo que nos presenta que la Palabra que existía desde el principio es Dios, y Palabra que se ha hecho carne, por ello comprendemos que Jesús, es Dios que quiso habitar entre nosotros, Jesús que es la luz y es capaz de vencer las tinieblas, acojamos al luz en nuestras vidas, la luz que es Jesús. Un feliz sábado en Cristo Jesús. P. William Cano Quintero.

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